Milagros Benito Mugnolo
Taller de expresión 1
Comisión 56
Año 2022
Historia de Amor
del siglo XXI
Tengo una amiga que vive en
Barcelona, de llama Lucía. Antes de irse me dio un anillo con una piedra
turmalina en él, ella cree mucho en las piedras y las energías.
- Es para la protección y la
transformación, Almi - me dijo mientras yo le pasaba mi mano así me ponía el anillo en el dedo, ella eligió el anular.
Ya no veo a Lucía hace meses,
pero sigo usando ese anillo como amuleto de protección. Lo limpio seguido, como
Lu me recomendó aquel día.
-Escucha, yo sé que vos
fumas bajo el agua y pensas que estas cosas son más fallutas que la ropa de
marca en Avellaneda, pero es importante que lo limpies seguido - Lu tenía un
tono tan dulce en su voz, y unos ojos tan sinceros que yo hubiera dado mi vida
por ella. - Podes hacerlo dejándola en una cama de sal marina, y la recargas
después con el sol o la luna. ¿Entendiste? - Dije que sí con la cabeza.
Ahora estoy en un lugar muy
diferente que en el que estaba ese día. Hace un tiempo que ya no estoy de
novia, así que lo de las transformaciones era verdad supongo. Ahora estoy más
tranquila igual, más feliz. Extraño a Lu más que a mi ex la verdad.
- ¿Me prometes que me vas a llamar?
- le dije a Lucía con lágrimas en los ojos. No se había ido y ya la extrañaba.
-Cada vez que me pidas. -
contestó Lu dándole un beso a mi mano con el anillo mientras me miraba a los
ojos y me secaba la lagrima que estaba derramándose por mi mejilla. Me alegre
de haberle dicho de juntarnos en su casa y no en la mía, acá había ms
privacidad. Era más íntimo así.
Hace mucho que no le pedía a Lu
que me llame, hace mucho que no hablamos tan seguido. Supongo que está muy
ocupada en Barcelona como para ser la primera en decir algo, y a mí me da
vergüenza. Ahora que lo pienso, podría hablarle. Estoy pensando mucho en ella,
en nuestra última llamada.
No, mejor no.
O si, mejor sí.
Basta.
Como decía, estoy en un lugar
diferente hoy a la última vez que nos vimos. Estoy más tranquila, soy menos
ansiosa. El universo conspira a mi favor. ¿Extraño a Lucía? Sí, la veo en todos
lados. La busco. Pero mucho menos que antes. Ahí viene una. No todas las chicas
con pelo rojizo y rulos es Lucía, además esa chica está corriendo y a Lu no le
gustaba correr.
-Bueno, me voy a ir yendo-
dije levantándome del sillón y secándome las lágrimas - No vaya a ser
que pierdas horas de descanso por mi culpa y mañana tengas que correr para
llegar al avión. -
-Vos sabes muy bien que yo
no corro, por nada ni nadie- me contesto Lucía, haciéndonos reír a
ambas
-No quiero que me llames
llorando si perdes el avión por esa estúpida regla que te
inventaste hace años- dije mientras me ponía las zapatillas para
salir.
- Por favor Almendra, ¿no me
conoces? de cada lapida hago un escalón. - reímos y nos miramos un rato,
disfrutamos el silencio cómodo. Esto era el final. Me abalancé a ella, la abracé
con fuerzas y sin decir nada más me fui.
Esta chica está muy apurada,
correr en jean y botas no es fácil. Es muy parecida a Lucía, pero no es. Lu está
en Barcelona. Pero de no saber esto juraría que es ella. ¿Me está mirando? es
pura casualidad, tengo que dejar de pensar en Lucía. Voy a cruzar la calle así
la veo de cerca y me doy cuenta que no es ella. Eso necito, un golpe de
realidad para dejar de pensar Lucía.
Es muy parecida, cada vez más
me acerco y más se parece. Le debería sacar una foto y mandársela a Lu, le va a
causar gracia.
-Almi- me llamaron. No veo a
nadie que conozca por acá.
-Almendra. - ¿Quién me llama en
el medio de la calle?
-Almi...- es ella, tiene los
ojos llenos de lágrimas y las mejillas coloradas de tanto correr. Me toco el
anillo, sigue ahí. Es ella. Es Lucía.
- ¿Lu? ¿Qué haces acá? ¿son
vacaciones en Barcelona? - no sé qué decir, expulso todas las preguntas que se
me ocurren. Lu ya no está corriendo. Está en frente mío. Esto es real. No me la
estoy imaginando, ni la estoy buscando entre las caras de extraños. Es ella.
-Yo también. - me dice con esa
dulzura que la caracteriza.
Este es un final feliz.
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