Milagros Benito Mugnolo
Taller de expresión 1 -
Comisión 56
Rostros
Una cara llena de ternura se llena de
enojo. Sus grandes y redondos ojos se achican, sus cejas buscan unirse en el
centro formando arrugas en su frente y sus grandes labios se contraen. Su
nariz, que parece salida de una escultura romana, se contrae un poco, la punta
desciende de su posición de descanso y las fosas nasales se abren levemente.
Toda su amabilidad y diversión desaparecen por un instante. Aunque nublada por
el enojo o el mal humor, quedan rastros de su alma en su miranda. - Mi hermana
y su mueca de enojo.
Un rostro de forma ovalada es enmarcado
por cabello. Un flequillo tupido cubre su frente, pero nos permite ver sus
cejas marrones. Tiene ojos pequeños, de color marrón, que muestran amor y un
poco de cansancio. Nariz pequeña, hegemónica, cubierta de lunares y pecas. Su
piel es blanca con subtonos verdes, llena de vida y radiante. Pómulos altos y
cachetes hundidos, aunque suaves. Leves arrugas cerca de la comisura de sus
labios, que nos dicen que es feliz (o al menos que lo fue), y parecieran poner
entre paréntesis a sus labios. Tiene labios grandes, pero no carnosos, y que
albergan a una sonrisa refrescante y llena de dientes. Es una cara armoniosa. -
La cara de mi mamá
Cabello fino y oscuro enmarca una cara
tranquila, de piel bronceada. Su frente amplia deja ver un par de arrugas finas
arriba entre sus cejas, que descansan arriba de sus grandes ojos, que
parecen cansados por las ojeras y bolsas que siempre están ahí, debajo de sus
ojos. Una nariz es grande y redonda se ensancha cuando sonríe y su boca es
larga y rosa. Sus mejillas son redondas y dejan su suavidad atrás cuando una
fina capa de vello aparece en ellas. -La cara de mi papá
Piel opaca y pálida es cortada por arrugas
que demuestran experiencia. Esto es contrastado por un pelo oscuro, es poca
cantidad y está seco por todos los químicos de las tinturas. Siempre seria, su
boca dibuja una línea recta de color rosa viejo. Una nariz larga ocupa el
centro de su cara, en ella se posan unos anteojos con tanto aumento que hacen
que sus ojos se vean gigantes a pesar de ser naturalmente chicos. Los anteojos
funcionan como una lupa a las ventanas del alma, pero lo que estas ventas nos
muestran no es feliz. Vacío, tristeza y cansancio. Generan nostalgia en todo
aquel que la conoció cuando sus ojos marrones parecían ser las chispas
perfectas para iniciar cualquier incendio, antes de que le quitaran a su amado.
- Abuela
Inspiración
"Fuma abajo del agua" (significa
canchero)
"El universo conspira a mi
favor"
"Hay que hacer de la lápida un
escalón"
"Las palabras tienen fuerza"
"La violencia comienza con el
tenedor"
"Somos la especie en peligro de
extinguirlo todo"
"Últimamente me dijo si esto me da
más de lo que me quita"
"Tú qué estas hecho de viento,
Ven y despeina mi alma,
Los rizos,
La vida."
Esquina
Elegí una esquina por la que paso todos
los días. No es una esquina de mucho ruido, la mayor parte del ruido viene de
los autos que pasan, los ladridos de los perros que se encuentran y la
verdulería de la esquina en paralelo. Es en un barrio residencial, la
esquina es ocupada por completo por una ferretería. Venden muchas cosas en
ella: herramientas, baterías, cintas, termos, viandas, linternas, anzuelos y
hasta varios tipos de electrodomésticos. De día está bien iluminada, a pesar de
estar rodeada por edificios. Siempre tiene gente, excepto los domingos que cierra.
Los días de semana suelen entrar y salir albañiles de sus pequeñas puertas de
vidrio, pero los sábados hay más vecinos del barrio. A la tarde se tiñe de
dorado con la caída del sol, ya para esta hora hay menos gente dentro. De noche
cierran su frente y ventanas con persianas de metal y candados, no es una zona
muy peligrosa pero sus dueños son precavidos. Por esta esquina, a todas horas,
pasan personas con sus perros y los ocasionales padres con sus hijos, casi
ninguna persona que trabaje en las oficinas u hospitales que hay por la zona,
es como si la ferretería los espantara (porque suelen ir de la vereda de en
frente.) En los días que observe la esquina hacía mucho frío, tanto que hasta
los perros (incluyendo la mía) estaban abrigados con chalecos y remeras. Las
hojas de los árboles que bordean la esquina están teñidas de naranja, amarillo
y marrón en esta época del año, pero no hay muchas hojas en la vereda, más que
nada en la calle. Se ve que barren seguido, pero nunca alcance a ver esto.
Nunca me anime a entrar en la ferretería, parece para expertos que saben lo que
quieren.
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