martes, 19 de abril de 2022

Cuento Sueño: modificación con otros sueños.

 

La Bruja Verde.

Texto de Milagros Benito Mugnolo. 

Trabajo para la materia Taller de Expresión 1, catedra Reale, comisión 56.


Dos niñas duermen en sus camas, descansan tranquilas en una casa oscura y silenciosa. Era una noche tranquila, como cualquier otra, pero un sentimiento raro hizo que una de las mellizas de despierte. La niña se sentó, miro con los ojos entreabiertos a un lado y al otro, buscando la razón a su sentimiento. Era algo que nunca antes había sentido. Antes de que pudiera descartarlo como un viento que le pego mal y se volviera a acostar, una bruja con cara verde y sombrero en punta entró a la habitación con su escoba voladora. La bruja se reía, era alegre, sobrevolaba la habitación y dejaba un brillo verde sobre lo que pasaba. La niña se despertó de repente, con miedo se paró para intentar despertar a su melliza. Gritó por sus padres, pero nadie venía. Cuando la bruja se percató que estaba asustando a una niña dejo de volar en círculos por la habitación, paró de reír y se sacó su sombrero. Tenía el pelo negro con mechones blancos. Esto le llamo la atención a Mila, la melliza despierta, así que dejo de gritar y la miro. La bruja sonrío y se sentó enfrente de la (ya tranquila) niña. 

- Hola, lamento mucho haberte asustado- dijo la bruja. 

-¿Quién sos? ¿Qué haces acá? Esta es mi casa. - respondió la niña. 

- Me llamo Ema, ¡soy una bruja verde! Pasó por las casas agregando vida a las plantas. Ustedes tienen muchas plantas, así que vine a agregarle vida a cada una de ellas. - hablaba con una voz aguda pero amable. 

-¿Cómo haces para volar?- pregunto Mila. Ella soñaba con volar, quería ser un hada para poder volar desde que vio a Tinkerbell por primera vez. 

-Es algo que me sale natural, como caminar. - respondió la bruja, decepcionando un poco a Mila.

- ¿Qué pasa?- dijo Ema al ver la expresión de la niña. -¿queres volar? Yo puedo ayudare con eso.- con esto dicho, la bruja se paro extendió su mano. 

Mila había escuchado mil veces que no tenía que irse con extraños, pero como nunca le dijeron nada de irse con brujas, le pareció sensato ir con la Ema. La bruja verde tomó su escoba, subió a su nueva amiga y despegaron. Salieron por una ventana que había en el cuarto de las mellizas, que daba directo a una plaza, allí Mila vio como el polvo verde que dejaba la bruja mientras volaba servía para darle vida las plantas. Plantas con aspecto triste revivían por arte de magia cuando el polvo las tocaba. 


Volaron por horas y hablaron sobre todas las cosas que tenían en común, hasta que un grito las saco de su conversación. Buscaron de donde provenía ese grito continuo, y vieron a un chico cayendo de un avión, intentado que abra su paracaídas sin ningún tipo de suerte.

-Hay que ayudarlo- dijo Mila, e inmediatamente Ema voló a toda velocidad para alcanzar al chico que gritaba. Cuando llegaron a él notaron que estaba asustado, confundido y aliviado, todo al mismo tiempo. Ema tomo al paracaidista del brazo y lentamente descendieron a la tierra. 

-¡Wow! Gracias, pero al mismo tiempo ¿qué acaba de pasar? ¿estoy soñando?- dijo el chico, un poco menos aliviado y cada vez mas visiblemente confundido y asustado. 

-Somos Ema y Mila, ella es una bruja verde que le da vida las plantas, yo soy su amiga- dijo Mila con una sonrisa

-Y no estas soñando- agrego Ema -¿Te puedo preguntar por que estabas haciendo paracaidismo en la noche? Eso no parece seguro- 

-Ok... yo soy Nacho. Hago paracaidismo de noche porque es mas tranquilo así, y la ciudad se ve genial de noche- respondió Nacho. -No puedo agradecerles lo suficiente a ambas, ¡me salvaron la vida!- agrego.

-No fue nada- contesto Ema.

-Les quiero mostrar mi aprecio, por favor esperen acá mientras les traigo un obsequio por mi gratitud.- Nacho se fue, y las amigas esperaron unos minutos hasta que volvió en un auto deportivo, Mila pensó que les iba a regalar el auto, pero en su lugar les regalo entradas para el concierto de la banda favorita de Mila. Resulta que Nacho era un millonario y mundialmente conocido paracaidista. Luego de eso las chucas se despidieron de su nuevo amigo, y volvieron a la casa de Mila. Ya era muy tarde, Mila tenía sueño y la bruja tenía que ir a descansar. 

- Lamento haberte asustado hoy, de verdad- dijo la bruja mientras entraban al cuarto de Mila por la misma venta que habían salido.

- ¿Estas loca? ¡Hoy fue el mejor día de mi vida!- respondió Mila mientras se acostaba en su cama.

- Me alegro- dijo Ema mientras se reía de la emoción de la niña por algo que para ella era tan cotidiano. -Me tengo que ir ahora, espero que nos volvamos a encontrar.- agregó la bruja verde.

-Sí, yo también.- respondió Mila, a quien se le caían los ojos del sueño.

Y así, sin más, Ema se fue y Mila se quedo dormida otra vez. 



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